Tuya

13.03.2012 22:41

Sus crueles colmillos rasgaron mi cuello.
Exitación.
Gemí de placer.
Bebió aquel dulce elixir con avidez y me hundí en la oscuridad de su mirada.
Para siempre.

 

 

Texto: © 2012 Julieta P. Carrizo